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Mostrando entradas de agosto, 2017

Tremenda torrija

  A veces, a los internos se los sanciona. Porque en prisión tenemos un régimen disciplinario, y hay determinadas actitudes que se consideran faltas, y cometer una de esas faltas (y que te pillemos) conlleva una sanción.   Hay sanciones duras, como puede ser pasarte una quincena en una celda de aislamiento en solitario, saliendo al patio unas pocas horas al día en solitario también y sin nada que hacer en tu celda aparte de leer un libro, si sabes leer, que no suele ser el caso. O fumar, como fumaba Sara Montiel mientras esperaba el regreso de su amor. O masturbarte, claro, que eso está al alcance de todos. Bueno, casi todos, porque recuerdo a un Kazajo (no sé si os hablé ya de él) que en un arrebato de éxtasis religioso, o para evitar la deportación, se cortó su propio pene en el aeropuerto de Peinador. Supongo que lo hizo sin pensar en las consecuencias, porque si le llega a dar un par de vueltas al tema se hubiera dado cuenta de que un año de cárcel sin poder hacerte pajas es como