El viejo me hace sentirme mal de muchas maneras distintas


Ayer volvía de correr cuando lo ví en el soportal de casa de mi madre. Me acerqué confiado, El Viejo estaba recibiendo quimioterapia para su tumor de garganta, y llevaba semanas sin hablar. Lo que no le impedía sonreír en silencio cada vez que me veía pasar trotando en mallas, o dedicarme un sonoro corte de mangas si sabía que alguien más lo iba a ver.

Me hizo una seña para que me acercara. Pensé que no había peligro. A una indicación suya ,acerqué mi oído. El Viejo me susurró:
-E a ti... ¿Aínda se che pon duro o aparato?- Hablaba,sin duda de mi Aparato,con mayúsculas. No creo que fuera mi Mp3.
-Pues... si - Contesté con cautela
-Pois mala sorte. A min desde que non se me endereita, aproveito para metela doblada e así escupe para afora!!!- El Viejo hizo como que se reía en silencio ,con la boca abierta y subiendo y bajando rítmicamente la cabeza. Parecía un Teleñeco. Pero no se reía de verdad, y yo sabía por qué.
-Vaya,me apunto el truco. La próxima vez que eche un polvo,te dejo acercarte por detrás a mirar. Pero llévate un paquete de clínex,por si acaso.-
El Viejo soltó una sincera carcajada,y un par de lagrimones corrieron por sus mejillas. Me di media vuelta y subí por la escalera,triunfante,por primera vez.


La esposa del Viejo le había contado a mi madre que el tumor le causaba un terrible dolor cada vez que se reía.
En casa,pensando en lo que he hecho, me siento como el culo.Mi conciencia debe estar de su parte, la hija de puta.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El día del juicio

Próspero año nuevo

Día libre